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La base de la Pastelería

Bases de galleta

Bases de galletas para tartas con y sin horno facilísimas.
Súper tiernas y cada una con su molde de plástico o papel horneable.

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Bases de galleta
para tartas horneadas y semifríos

Las Bases de galletas molidas son una de las bases más utilizadas para elaborar postres y tartas, ya que se trata de una receta muy sencilla, rápida y deliciosa. Todos podemos hacerlas en casa fácilmente, y quedan perfectas en infinidad de recetas. Eso sí, a pesar de que para hacerlas se necesitan pocos ingredientes, conseguir que las galletas queden bien molidas, en una mezcla homogénea sin grumos y, por supuesto, compacta para que no se rompa, no siempre es tan sencillo (ni limpio) como nos gustaría. ¡Ah! y no te olvides de los moldes (nuestras bases llevan el suyo propio).

¿Qué es una base de galletas?

Una base de galletas es un tipo de base elaborada a partir de la mezcla de galletas molidas y mantequilla, que aporta una estructura y textura muy tierna en recetas de repostería como las Tartas de queso, las Cassatas sicilianas, o una Tarta de manzana.

Normalmente la mezcla se extiende sobre un molde circular desmontable, y se presionan para que la base quede compacta. Eso sí, independientemente del diámetro del molde, la base de galletas para tartas tiene en torno a 7 milímetros de altura (más que suficiente para montar los ingredientes sin que la base pierda la consistencia, y sea fácil de cortar sin que se rompa, o sin que resulte demasiado gruesa y empalagosa).

Tipos de bases de galleta

Los tipos de bases de galletas para tartas se suelen diferenciar en dos tipos, con mantequilla y sin mantequilla, sin importar mucho si se va a elaborar una receta con horno o sin horno.

No obstante, a todas hay que darles un toque de consistencia: en unos casos horneando más la base, en otros menos, y en otros simplemente reservándola en la nevera. Y es que, en función de si vas a hacer una cheesecake al horno, o una tarta fría, en unos casos la base debe ser más jugosa, y en otros más consistente.

Por eso, en nuestra opinión lo más correcto y rápido es clasificar las bases de galleas en dos grupos o 2 tipos de Bases de galletas (independientemente de si llevan mantequilla o no): las bases de galletas para tartas sin horno, y las bases de galletas para tartas con horno

1. Bases de galletas para hornear

Las bases de galletas para tartas y postres con horno son bases que se montan sobre un molde horneable, y cuentan con un punto de horneado previo muy ligero. Por lo que son adecuadas para integrarse perfectamente con el relleno, quedando jugosas, consistentes, y con un toque tostado ideal para tartas de queso o de manzana jugosas.

La principal característica de una Base de Galletas para postres horneados es que no están previamente horneadas para que la galleta mantenga una textura jugosa y consistente después de hornearla. Y, por supuesto, una de las grandes ventajas de nuestras bases de galletas para cheesecakes al horno es que cada una tiene su propio molde de cartón horneable y fácilmente extraible.

2. Bases de galletas para semifríos

Las bases de galletas para tartas y postres sin horno son bases que se montan sobre un molde horneable, y cuentan con un punto de horneado previo más elevado. Por lo que son adecuadas para rellenos que cogen consistencia en la nevera, quedando tiernas y con un toque tostado y crujiente ideal para tartas de Cassata o tapas saladas.

La principal característica de una Base de Galletas para postres sin horno es su ternura y solidez. Y es que, a diferencias de las bases para horno, estas se hornean previamente un poquito para ofrecer mayor consistencia a tus postres y tartas. No perderán la estructura ni solided cuando saques tus recetas del frigorífico.

¡Ah! por supuesto que cada base de galletas se suministra con su propio molde, en este caso de plástico, para ayudarte a ahorrar tiempo.

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